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Continuar con el running después de la maternidad, en 8 pasos

En este post os quiero contar cómo fue mi vuelta a los entrenamientos y cómo me arreglé para continuar con el running después de la maternidad. Dándole el pecho, organizándome con los horarios… Todo se puede si uno mism@ quiere y si la persona que tienes a tu lado entiende  tu locura. Os dejo unas pautas que yo utilicé, y que a mí me sirvieron.

Introducción: Cuando todo cambió

Todo cambió aquel 6 de Marzo sobre las 4 y pico de la tarde. Yo me estaba echando la siesta y de repente noté unos “retortijones” en la tripa, me levanté tranquilamente del sofá y me dirigí a la habitación donde estaba mi pareja, pero justo antes de mediar palabra  entre mis piernas empezó a caer  una especie de líquido “Puff he roto aguas” dije. Una sonrisa invadió mi cara y empezamos a organizar lo que con tanta ilusión llevábamos esperando.

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De camino al hospital yo me iba riendo todo el rato, las contracciones en vez de producirme dolor me hacían gracia. Es algo extraño sí , pero yo creo que eran los propios nervios los que me hacían estar así. Una vez en el hospital los nervios desaparecieron, estaba muy tranquila, ya que sabía que estaba en las mejores manos y nada podría salir mal.

Fue una noche larga, dura y con un final muy feliz. Izaro nacía el 7 de Marzo a las 11:30 de la mañana, después de pasar unas series de circunstancias y tener un expulsivo prácticamente a “pelo”.

«¿Por tener un hij@ tenemos que dejar de hacer lo que más nos gusta? Yo tenía claro que no.»

Ahora tocaba llegar a casa, reorganizar mi vida e intentar acostumbrarme a ella lo más rápido posible. Nosotros como pareja teníamos claro que no queríamos cambiar nada, que a Izaro la “amoldariamos” a nuestra vida en la medida de lo posible. Está claro que la vida te cambia, que los horarios no son los mismos y que ahora teníamos una persona a nuestro cargo. ¿Pero por tener un hij@ tenemos que dejar de hacer lo que más nos gusta? Yo tenía claro que no, y que quería continuar con el running después de la maternidad.

Paso 1: La Revisión con el Ginecólogo

Lo primero que tenéis que hacer es pasar la revisión con el ginecólogo. Si todo está OK el/ella os dará la confirmación para poder empezar con vuestra “rutina”. Pero no os agobies, tenéis que ir poco a poco  sin prisa, son momentos para estar con vuestro pequeñ@ y todo pasa muy rápido.

Paso 2: Fortalece el suelo pélvico

A mí me tuvieron que hacer una episiotomía chiquitina y me dieron tres puntos externos -los internos ni me los dijeron-, así que tuve una recuperación muy rápida. El ginecólogo me recomendó ir a un fisio especializado de suelo pélvico para que me hiciera una valoración y me dijera el tiempo que tenía que estar de rehabilitación. Una vez que me evaluaron me dijeron que lo que tenía que hacer era fortalecer todo mi suelo pélvico y la manera seria haciendo hipopresivos con la supervisión de una fisio.

Los hipopresivos consisten en hacer apneas en unas posturas en concreto, de pies, de rodillas, tumbada, sentada. Yo los hacía tumbada, con las rodillas flexionadas a la altura de la cadera, con los pies hacia arriba y los brazos por encima de la cabeza. Una vez estaba en la postura adecuada inhalaba y exhalaba dos veces. A la tercera soltaba todo el aire, metía la tripa para dentro y abría las costillas.

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Estuve yendo un día a la semana durante 8 semanas y como os podéis imaginar no iba sola, iba acompañada de Izaro, su aita había empezado a trabajar  y no tenía con quién dejarla. 

Eran sesiones de 20 minutos y muchas veces o no las terminaba o teníamos que parar porque Izaro se despertaba y había que darla el chupete. Pero tuve suerte que la físio que me tocó me ayudaba mucho y siempre estaba dispuesta atender a Izaro para que yo pudiera terminar mis sesiones.

También me mandaron deberes  y lo que aprendía en esos días lo tenía que practicar en casa. El inconveniente era organizarse con la peque, una de las opciones que tenía era darla teta y después ponerme hacer los ejercicios, pero siempre con su supervisión jajajaja!!! 

Paso 3: ¡Sal a andar!

Yo combinaba la gimnasia hipopresiva con largas caminatas al monte o por asfalto, eso sí, acompañada en todo momento de mi pequeña. Me venían muy bien estos largos paseos, muchas veces necesitaba sentirme útil y volver a sentir el deporte en mi cuerpo. Los días de sueño eran complicados, las hormonas no había Dios que las controlara y el tener pegada a mí en todo momento a una ratita algunas veces me sobrepasaba.

Pero nunca se me olvidará el primer día que subí al Serantes (Santurce, Vizcaya) con ella en la mochila de porteo (la mejor compra de mi vida). Iba muy cómoda y el bastón que llevaba me ayudaba mucho para subir, pero yo iba súper fatigada y las pulsaciones las tenía por las nubes: los kilos de más se notaban y llevaba una carga doble. Pero como a cabezona no me gana nadie subimos poco a poco y pudimos llegar a la cima, eso sí, con parada técnica para repostar.

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Paso 4: ¡Vuelve al gimnasio (3 meses después del parto…)!

Me costó muchísimo, no tenía nada claro cómo organizarme con la niña y me sentía muy frustrada, pero con la ayuda de mi pareja pudimos organizarnos bien.

A Izaro la dejaba con la teta dada e íbamos los tres dando un paseo al gimnasio, yo me solía quedar como una hora máximo y siempre tenía el teléfono cerca por si me necesitaban (ya me ha tocado salir alguna que otra vez pitando del gimnasio). Ducharme en el gimnasio?? Qué cosas… cuando terminaba mi clase de spinning o de body pump cogía mis cosas y me iba pitando para casa. En cuanto entraba por la puerta y ella me olía sus brazos se abrían como un abanico y se tiraba directa a por la teta, incluso había muchas veces que se la daba incluso antes de ducharme, toda sudada, os podéis imaginar que panorama…

«Ducharme en el gimnasio?? Qué cosas… cuando terminaba me iba pitando para casa. En cuanto entraba por la puerta Izaro se tiraba directa a por la teta.»

También os digo que muchas veces era mejor, ya que llegaba a casa con las tetas tan hinchadas de la leche que necesitaba que me las descargara, así las dos nos quedábamos bien a gusto. Después ella se quedaba dormida y yo podía aprovechar para hacer los estiramientos tan necesarios que no podía hacer en el gimnasio y ducharme.

Como os he contado, combinaba clases de spinning con clases de body pump, que me ayudaron muchísimo para poder coger otra vez confianza en mí misma e ir perdiendo esos kilos de más. No os preocupéis si notáis que os cuesta arrancar, daros tiempo: el cuerpo es sabio y sólo tenemos que tener paciencia para ir notando los cambios que tanto estamos esperando para poder volver a nuestro estado de forma.

Daros cuenta que han sido 9 meses de cambios en nuestro cuerpo, que si estáis dando pecho el cuerpo se adapta para nuestr@ pequeñ@ y por lo menos tardamos de un año a año y medio para que todo vuelva a su sitio.

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Paso 5:  El running llama a tu puerta (4 meses después del parto)

Después de 4 meses desde el parto y ver que mi cuerpo iba respondiendo decidí salir a trotar aunque las dudas eran infinitas… “No sé si voy a poder, no me veo capaz de correr, se quedará Izaro  tranquila, como me aguantarán los pechos, me dolerán mucho… “ Dudas habituales que tenemos después de estar casi más de un año sin correr y con complejo de vaca lechera.

Me puse mi “sujetador deportivo” (ya que los míos no me valían, tenía que utilizar el sujetador maternal), me puse las mallas, me calcé mis zapatillas y decidí salir a disfrutar. Ver hasta dónde podría llegar sin mirar el reloj y sin meterme ningún tipo de presión. Como siempre, Izaro se quedó con su aita y con la toma dada.

Todo salió “perfecto” y aunque mis tiempos no eran por asomo los mejores yo disfruté lo que no estaba escrito. Pero todos los días no eran iguales y mis entrenamientos tenían muchos altibajos. Había días en los que no podía salir del agotamiento que tenía, otros en los que Izaro no me dejaba y había otros en los que no tenía ni gota de ganas… «Cosas de la maternidad», pensaba yo.

Os voy a contar una anécdota que me pasó uno de los días que salí a correr (es más, cuando he mirado mi perfil de Instagram y lo he leído no me ha quedado más remedio que reírme). Aquella tarde llevaba unos ritmos “buenos”, me encontraba muy a gusto y no quería que se terminase el entrenamiento. Como casi siempre iba para Zierbena a entrenar ida y vuelta, esa tarde justo cuando llegué al final me sonó el teléfono…

«Lo más complicado era no saber el tiempo del que iba a disponer para mis entrenos: eso me agobiaba bastante, pero también es verdad que me conformaba con lo que fuera

Era mi pareja, me decía que tenía que volver a todo meter, Izaro no paraba de llorar y su paciencia se estaba agotando, así que me puse a correr sin mirar atrás. Mis pulsaciones iban por las nubes, mi respiración estaba súper perdida y el corazón se me salía por la boca.  Cuando llegué a casa Izaro estaba a todo llorar y su aita fuera de sí pero fue verme y se la iluminó la cara. La tomas son muy difíciles de controlar, más o menos puedes calcular de 3 a 4 horas pero algunas veces los bebés necesitan algo más que la teta de su amatxu y en este caso así fue.

Estas cosas eran las más complicadas: el no saber el tiempo que iba a disponer para mí, para mis entrenos, me agobiaba bastante. Pero también es verdad que me conformaba con lo que fuera, si era media hora pues media hora y si era una hora pues mejor que mejor.

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Paso 6: Ponte un objetivo y come «limpio»

Después de pasar el verano con altibajos y malcomer, tocaba ponerse las pilas. Así que decidí ponerme en manos de una nutricionista. Como todavía la estaba dando teta a la peque, tampoco podíamos hacer una dieta baja en calorías. Así que lo que decidimos fue comer un poco de todo, bajar las cantidades, comer todo mucho más limpio, hacer 5 comidas al día y evitar todo el tema de azúcares.

Muchas veces esto último era imposible: la lactancia te da mucho más hambre y en mi caso tenía algún que otro ataque de ansiedad. Los intentaba evitar con postres caseros de avena, chocolate 0% y claras de huevo: muy fáciles, rápidos y super sencillos de hacer. También cuando me metía más caña en el gimnasio solía salir con mucha más hambre y llegaba a casa con tal ansiedad que me comía todo lo que tenía por el medio, así que mi nutricionista me recomendó llevarme como 3 o 4 nueces en la mochila y comérmelas después de los entrenamientos.

Así llegaría a casa mucho más relajada y no arrasaba la nevera antes de cenar. De todas maneras lo mejor es poneros en manos de un especialista, cada persona es un mundo y a cada un@ nos va bien una cosa.

Como todavía estaba dando teta a la peque, no podíamos hacer una dieta baja en calorías. Así que decidimos comer un poco de todo, bajar cantidades, comer más limpio, hacer 5 comidas al día y evitar azúcares.

También sabía que si no me ponía un objetivo cerca la cosa se me iba a ir de las manos y la motivación iba a desaparecer poco a poco. Después de 6 meses del parto tocaba colgarse un dorsal, me puse a buscar carreras cerca y encontré una en Trapagaran: BKT 10km +514m.

La vuelta a los entrenos de monte fue algo más dura: al final los entrenamientos son algo más largos y aunque Izaro ya iba dejando la teta poco a poco yo tenía que tirar de mis aitas para poder escaparme. Siempre no es tan fácil como parece: los remordimientos por dejarla y no estar con ella siempre estaban cerca, pero yo quería progresar y no me quedaba más remedio que hacerlo así. Hoy es el día que sigo dejándola con ellos si quiero salir a entrenar, me están ayudando mucho para que pueda sacar mis entrenos (los horarios de trabajo que tengo son difíciles para compaginarlo con mi pareja) hacia delante.

La carrera de trail me vino muy bien para coger esa motivación que me faltaba, que aunque la vida me había cambiado sabía que podría seguir con este deporte que tanta vida me daba.

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Paso 7: ¡Motívate para continuar con el running después de la maternidad!

 A partir de esta carrera la motivación estaba a flor de piel y vinieron muchas: Serantes Igoera, Behobia San Sebastián, Apuko Igoera…

También cambiaron mucho mis horarios de entrenamiento: ya no dependía de mí solo sino de toda la gente que tenía a mi alrededor, sobre todo de Izaro. Tocaba madrugar el fin de semana para después poder aprovecharlo en familia, salir a media mañana, a última hora de la tarde, literalmente cuando tenía un hueco o me dejaban un hueco para míNunca tenía un horario fijo y bueno hoy es el día que tampoco lo tengo Jajaja…

Pero la vida es así, al que algo quiere algo le cuesta.

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Paso 8: ¡Apóyate en l@s tuy@s!: ¡Conciliar es posible!

Es súper importante que vuestra pareja os apoye, que aunque no le guste el deporte que hagas esté a vuestro lado para poder permitiros disfrutar de ello (GRACIAS). Que tiréis de gente que está a vuestro lado para poder tener ese ratito que tanto necesitamos (tí@s, abuel@s, amig@s… ). GRACIAS por estar siempre cerca, por permitirme disfrutar de momentos únicos, por apoyarme en todo momento y por dejarme vivir mi pequeña locura.

Os animo amatxus runners que no lo dejéis de lado, que os vendrá muy bien continuar con el running después de la maternidad y seguir teniendo ese ratito vuestro, que el/la peque estará en muy buenas manos.

Por Lexuri Crespo, miembro del #runneawomenteam y colaboradora de Forum Sport-

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