Continuamos con los destinos estrella de turismo cicloturista que esté verano te harán disfrutar de la bicicleta como nunca. En la entrada anterior de nuestro blog mencionábamos dos de ellos (Costa da Morte y Sierra de Candelario). En esta nueva entrada vamos a detallar los otros tres destinos pendientes: El Valle del Alto Oja, Terres del Ebre y Desierto de Tabernas . Así completaremos los 5 destinos joyas del turismo cicloturista.
Y exactamente igual que en primera publicación, en cada uno de ellos te propondremos algunas rutas de lo más apetitosas. Y algunos apuntes de interés cultural, turístico y/o gastronómico que completaran el plan total de estas vacaciones de turismo cicloturista.😉
EL VALLE DEL ALTO OJA
A los pies de la Sierra de la Demanda
La Sierra de la Demanda es uno de los territorios más insólitos de la Península Ibérica. Hielos cuaternarios, tiempo y hombres de todas las eras han labrado a turnos una tierra que permanece envuelta en una primigenia y mágica atmósfera.
A caballo de Burgos, Logroño y Soria, a lo largo de los siglos ha mantenido un carácter misterioso debido a las dificultades de acceso que presentan sus altos montes. A sus pies nace el río Oja para formar un valle relativamente pequeño de unos 20 km de longitud total. El río sale del valle por la bonita villa de Ezcaray y discurre luego hacia el norte, en busca del Ebro.
En nuestro pedaleo de turismo cicloturista por este valle querríamos ante todo impregnarnos de naturaleza. Atender a los mensajes visuales y sonoros de bosques, arboledas, regatos, arroyos cantarines,… más que a su también interesante huella cultural.
El anfiteatro que forman las alturas de la sierra, presididas por el augusto San Lorenzo, está surcado por infinidad de veneros fluviales. Esos veneros van engrosando el naciente Oja, que toma fuste a medida que abandona su valle natal y se adentra en tierras mucho menos amenas.
Pero, además de esta inmersión en la naturaleza, el Valle del Alto Oja nos va a brindar frecuentes encuentros con el arte y la historia. Los primeros datos de su poblamiento vienen dados por los restos prehistóricos, tanto del Paleolítico como del Neolítico, hallados en la zona. Algunos autores sitúan a los autrigones como pobladores de las tierras altas del Valle del Oja, dando origen a la toponimia vascuence que se reconoce en el entorno.
Es Ezcaray una población con magia cuya iglesia gótica protege una serie de calles porticadas en las que se encuentran numerosos palacios -la mayoría blasonados, como el de Torremúzquiz del siglo XVIII-, además del crucero de la segunda mitad del XVI.
Las calles son amplias y hay numerosos bares y tiendas para comprar de todo, desde artesanía hasta productos típicos riojanos. La reconocida fama de sus mantas y tejidos debe su origen a la Real Fábrica de Paños, mandada construir por el marqués de La Ensenada en la época de la Ilustración. Funcionó a pleno rendimiento hasta 1808 y luego fue decayendo hasta terminar arruinada.
Asimismo el nombre de la villa queda indudablemente unido al buen comer. Y estando en La Rioja ya sabéis: patatas a la riojana y chuletillas, acompañadas del excelente vino de esta comunidad.
Y si no queréis acumular demasiadas calorías, siempre podéis daros buenos paseos en bicicleta, mucho más llevaderos en dirección norte hacia Santo Domingo de la Calzada. Si os dirigís a la meridional Sierra de la Demanda, podréis hacer frente a alguno de los exigentes puertos de este magnífico entorno, ideal para el turismo cicloturista: la Estación de esquí de Valdezcaray, el Refugio de Bonicaparra y el más duro de todos ellos, la Cruz de la Demanda.
TERRES DEL EBRE
Tierra de contrastes, ideal para recorrer realizando turismo cicloturista
Vamos a presentaros en esta ocasión uno de los territorios menos conocidos de Catalunya, lo que no deja de ser una verdadera pena. La variedad de paisajes, el rico patrimonio histórico y cultural, una gastronomía de primera y en especial el carácter abierto y acogedor de sus gentes son los auténticos y singulares atractivos de esta “tierra de contrastes” al sur de Tarragona.
Las Terres de l’Ebre están conformadas por las comarcas de la Terra Alta, la Ribera d’Ebre, el Baix Ebre y el Montsià, cuyo territorio representa más del 52% de la superficie provincial. Está constituido por 52 municipios donde viven algo menos de 200.000 habitantes, lejos como veis de las aglomeraciones turísticas.
Su clima es estable y con pocas precipitaciones durante todo el año. Si bien el calor y el viento se hacen notar sensiblemente más cerca del mar. El río Ebro, vía de comunicación de todos los pueblos que se asientan en sus márgenes, sigue siendo el eje vertebrador de un marco geográfico incomparable.
Con su apoteósico final en el Delta del Ebro, esa “punta de flecha» que penetra en el Mediterráneo.
Os sugerimos visitar el poblado ibero de Ulldecona, con su centro histórico, sus olivos milenarios o el conjunto de cuevas rupestres con sus figuras esquemáticas de arte rupestre levantino. Y ya que vamos de cuevas, no os perdáis la Cueva Maravillas de Benifallet, auténtica perla de la naturaleza.
El Castillo de Miravet, encaramado en lo alto de un risco, vuelve a impresionar como antaño. Y también tiene su aquel el Pas de la Barca del río Ebro, una curiosidad ante la ausencia de un puente.
O el pueblo que enamoró a Picasso, Horta de Sant Joan. Y para disfrutar en familia no dejéis de recorrer en BTT la Vía Verda hacia Benifallet, y conocer luego las Catedrales del Vino: las bodegas de Gandesa y la de Pinell de Brai.
Y por supuesto Tortosa, ciudad de más de 30.000 habitantes. cuya catedral de Santa María es su monumento más relevante. Junto con algún edificio renacentista, los jardines del Príncipe, la judería y las fortificaciones de San Juan, en cuya visita podremos descansar de tanta bicicleta.
Y dejamos para el final el mayor de los atractivos de estas tierras: el Parque Natural del Delta de l’Ebre, desde los arenales de la Punta del Fangar hasta el puerto de Sant Carles de la Rápita.
En este puerto se impone visitar sus casi centenarias mejilloneras, transitando por senderos jalonados por interminables campos de arroz. Otro paraje a destacar son “Els Ullals de Baltasar”, unas surgencias permanentes de agua dulce continental.
Y para gozar a lomos de nuestra querida bicicleta, los puertos de referencia obligada son los del Monasterio de Cardó, el Coll de Bot, los encantadores pueblos de Fredes, Bel y Llaberia, y el coloso del Delta, el Mont Caro.
DESIERTO DE TABERNAS
Polvo de estrellas
Paisajes desérticos, cumbres boscosas, valles frondosos, simas y cuevas, nieblas, sol… son solo algunos de los espectáculos que nos depara el Desierto de Tabernas.
La Sierra de los Filabres, la Sierra Nevada y la Sierra de Alhamilla se convierten en auténticas barreras que bloquean el paso del aire húmedo procedente del cercano Mediterráneo. Si a lo largo del año apenas recibe poco más de 200 mm de precipitación y su temperatura media se cifra en 17°, no podemos hablar más que de un clima seco en este verdadero desierto, el único de Europa.
Resulta difícil describir las diversas sensaciones que trasmite el desierto, transformándose a cada momento del día en una visión espectacular y sobrecogedora. El paisaje de bad lands que nos envuelve se hace más y más grandioso.
No es de extrañar que los productores cinematográficos se hayan fijado en esta comarca almeriense para rodar un ingente número de films de recuerdo imborrable. ¿Quién no ha oído hablar de “El Bueno, el Feo y el Malo”, de “La muerte tenía un precio”, de “Lawrence de Arabia”, “Indiana Jones y la última cruzada” o “Conan el Bárbaro”?
Los abundantes yacimientos arqueológicos que aquí se encuentran demuestran que su inhóspito aspecto no ha sido permanente en el discurrir de la historia. Todo apunta a que el agua discurría por los ríos en un paisaje de fertilidad y verdor donde los árboles cubrían todo el entorno.
Sepamos también que el nombre del municipio de Tabernas parece remontarse a épocas romanas, alcanzando posteriormente durante la dominación árabe gran importancia con su singular alcazaba. Su templo mudéjar de Nuestra Señora de la Encarnación y la ermita de San Sebastián son edificios que bien merecen nuestra visita.
Pero no deberemos abandonar su calle principal sin admirar las obras de ebanistería, de barro y esparto y de cerámica elaborados en sus talleres. Ni antes de degustar, ¡cómo no!, la gran variedad de apetitosos platos que aquí se obtienen del aprovechamiento de sencillos ingredientes naturales.
Y, por supuesto, sin entrar en cualquiera de sus tabernas y preguntar por el origen etimológico de tan curioso topónimo en un desierto. Os responderán que si todos los pueblos del Oeste tenían su saloon por qué iban ellos a ser menos.
Y en este entorno nuestro corcel metálico nos conducirá sin remedio a la Tetica de Bacares, una de las empresas ciclistas más atractivas que se pueden realizar en la Península. Y a un paso tenéis nuevas ascensiones más que interesantes: Calar Alto, Pico Colativí, Enix, Santillana, Reúl Alto, Puerto de la Virgen…
Si estáis convencidos de que el desafío está a vuestro alcance, ajustaos bien las calas, mirad hacia el cielo y partid en pos de ese “polvo de estrellas” que tantos actores han esparcido por estas tierras para que vosotros podáis lucirlo con orgullo.
Por Juanto Uribarri, de ZIKLO-APM y colaborador de Forum Sport. Fotos cedidas por la revista ZIKLO
¿Qué te han sabido a poco nuestros 5 destinos de turismo cicloturista para este verano? No te preocupes, si tus vacaciones dan para más, aquí tienes más rutas:
RUTA CICLISTA POR LEÓN: LOS RÍOS DEL OLVIDO
CICLISMO POR CANTABRIA: 3 ETAPAS DE ALTA MONTAÑA
4 RUTAS POR PARQUES NATURALES DE CATALUNYA QUE PUEDES HACER CON TU MTB
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