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Experimento científico: Así nos protege del frío vestirnos con tres capas

Sabemos de memoria lo de las tres capas para evitar el frío pero, ¿hasta qué punto nos protege exactamente cada una de ellas? ¿Qué pasaría si nos quitáramos alguna? ¿Cuántos grados bajaría la temperatura de nuestro cuerpo? ¡Hoy toca experimento científico! 🙂

El ser humano es un animal homeotermo. Eso quiere decir que, al menos en su núcleo central, necesita mantener una temperatura estable, en torno a los 37ºC, sea cual sea la temperatura exterior. Para ello es recomendable usar varias capas en el exterior, como ya vimos en este post.

¿Qué hacen las prendas que vestimos para protegernos de las pérdidas excesivas de calor?

Funcionan acumulando aire junto a nuestro cuerpo. Y, gracias a las pérdidas térmicas de éste, esa capa de aire adquiere una temperatura adecuada para evitar que nos enfriemos en exceso.

El aire es el aislante principal. Y los tejidos se basan en atrapar entre sus fibras, o dentro de ellas, el aire suficiente para mantenernos térmicamente estables.

 

tres capas

 

 

Desde un punto de vista técnico, las prendas de protección frente al frío se someten a normas estandarizadas y regularmente actualizadas, como la UNE-EN 14058 y la UNE-EN 342. Para protegernos adecuadamente frente a las bajas temperaturas, dichas prendas deben ofrecernos una buena resistencia térmica, reducida permeabilidad al aire y poca penetración de agua.

De esa forma, el aire acumulado entre sus capas se irá templando con las pérdidas de calor de nuestra piel hasta llegar a un equilibrio de temperatura que podamos considerar confortable.

La impermeabilidad al aire y un diseño adecuado dificultarán que el ya calentado se nos escape y sea sustituido por aire frío que, de nuevo, tendríamos que templar perdiendo calor corporal.

Hay que citar que una situación se considera confortable desde el punto de vista térmico cuando la temperatura de la piel es de 31ºC a 34ºC, por lo que la del aire más próximo al cuerpo deberá ser cercana a los 30ºC, al menos.

 

tres capas : así nos protegen del frío

 

¿Por qué utilizar varias capas?

Porque de esa forma conseguimos una mayor capacidad para adaptarnos a las condiciones cambiantes que vamos a experimentar en la montaña.

Y si tenemos que abrir una cremallera o se nos levanta la ropa al agacharnos para atar el calzado, por ejemplo, como mucho perderemos sólo parte del aire de esos colchones aislantes que nos protegen del frío entre cada capa de tejidos.

Para ilustrar lo que ocurre desde el punto de vista térmico entre esas capas de ropa que habitualmente citamos, hemos hecho una prueba real para medir lo que se llama “Aislamiento Térmico efectivo”, pero en lugar de hacerlo sobre un maniquí, lo hemos medido sobre nuestro cuerpo.​

 

Así hemos medido el “Aislamiento Térmico efectivo”

 

1. En el entorno nevado que nos ha traído el invierno, un atardecer, nos hemos ido a un collado adornado por las hayas.

2. Nos hemos vestido el tronco poniéndonos tres prendas, y en cada uno de los espacios intermedios, a la altura de la apófisis xifoides, hemos fijado varias sondas térmicas.

3. Progresivamente, nos hemos ido quitando cada capa de ropa, del exterior al interior, y hemos medido las temperaturas durante todo el proceso, dejando tiempo suficiente para que las mediciones se estabilizaran:

  • El primer sensor ha sido colocado entre la piel y una camiseta térmica de manga larga.

 

tres capas : así nos protegen del frío
Posición de la primera sonda, entre la piel y la camiseta térmica

 

  • El segundo, entre la camiseta y un forro polar de espesor medio.

 

capas
Segunda sonda, sobre la camiseta y bajo el forro polar

 

 

tres capas : así nos protegen del frío
Tercera sonda sobre el forro polar y bajo la chaqueta

 

  • Y el cuarto instrumento de medida lo hemos situado en el exterior.

 

tres capas
Cuarta sonda fijada en el exterior

 

4. Todas esas sondas han sido conectadas a un termómetro de precisión, con capacidad para medir y grabar las señales recibidas en intervalos regulares. La prueba no ha sido precisamente “cómoda”, porque la temperatura ambiente durante la misma ha oscilado entre 1,9ºC y 2,2ºC, pero ¡Todo sea por la ciencia!

Conclusiones: así afecta a tu cuerpo eliminar dos de las tres capas

Con las tres capas puestas y abrochadas, y en ausencia de actividad física, la temperatura media del aire en contacto con la piel era de unos agradables 29,7ºC. Perfectamente aceptable para lo que se considera confort térmico. Es decir que se estaba muy bien con esa combinación de ropa, a pesar de estar sin hacer actividad física.

Pero…

  1. Al quitarnos la chaqueta, la temperatura del aire junto a la piel descendió hasta los 26,7ºC, lo que hacía que se sintiera fresco. Una situación algo incómoda.
  2. Al eliminar también el forro, la sonda térmica situada entre la camiseta y la piel señaló un descenso hasta los 20,8ºC.
  3. Seguro que, de haber prolongado el tiempo de exposición, hubiera sido preciso ponerse a hacer un ejercicio físico de cierta intensidad para compensar el enfriamiento del cuerpo.

Hay que añadir que durante la prueba el aire se mantuvo en calma: en caso de haberse presentado el viento, la disminución de calor hubiera sido mucho más acusada, al eliminar la función cortavientos que ejercía la chaqueta.

 

tres capas

 

Por lo tanto, al vestir por capas conseguimos crear un gradiente térmico suave entre el exterior y la piel, lo que nos permite ajustar mejor la temperatura del aire más próximo a nosotros casi al margen de lo que ocurra en el entorno.

Ello hace que sea más fácil conseguir una situación de confort térmico cuando el frío se hace dueño de las montañas.

Por Kepa Lizarraga, especialista en Medicina del Deporte y Mikel Lizarraga, Analista físico-químico. Ambos colaboradores de Forum Sport.

15 comentarios

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  1. Se agradece este tipo de información, muy didáctico, formativo y practico. Cuanta más información tengamos mejor podremos elegir y comprar ropa deportiva, así como disfrutar en la actividad deportiva.
    Un saludo

  2. Buf. Está muy bien para ir a comprar el pan. Si haces ejercicio de verdad, acabas empapado de sudor.

    1. ¡Hola, Miguel!
      Con cualquier tipo de tejidos, si te abrigas en exceso para las condiciones ambientales reinantes y el nivel de actividad que hagas, acabarás sudando.
      Lleves lo que lleves puesto, hay que ajustarlo a la situación.
      Lo que tiene de «especial» esa forma de vestirnos es que resulta más fácil adaptarla a las condiciones cambiantes que viviremos en la montaña que si lleváramos dos capas y una de ellas fuera extremadamente aislante.
      Sería más difícil encontrar el equilibrio adecuado de abrigo y evacuación de calor.
      ¡Saludos!

    1. ¡Hola, Anibal!
      Llevar al descubierto la cara, la cabeza y el cuello supone una gran pérdida de calor, debido a que en esas zonas carecemos de mecanismos de vasoconstricción eficaces.
      ¡Saludos!

  3. Hola,
    Muchas gracias por el experimento, está interesante la información que ofreces.
    Sin duda, el sistema de capas es la mejor forma de protegernos en la montaña.
    Un saludo!!

    1. ¡Gracias a ti, Jacobo Nieto, por apreciar el esfuerzo que supuso aguantar la situación con poca ropa!
      Pensamos que era interesante hacer la prueba para confirmar con datos lo que el monte nos va enseñando a todos, ¿verdad?
      ¡Saludos!