Electroestimuladores: cómo ayudan a tu recuperación y estado de forma

En este post fijaremos la atención en el uso médico-deportivo o fisioterapéutico de los electroestimuladores: cómo funcionan, cuáles son sus beneficios para tu recuperación y estado de forma y cómo usarlos correctamente: ¡sigue leyendo y descubre todos los detalles!

Electroestimuladores: un poco de historia

Los primeros usos médicos de la electricidad nos llevan a la antigüedad, donde se emplearon las descargas del llamado «pez torpedo» para el tratamiento de cefaleas. Pero también hay usos en los que conseguimos resultados mediante los equipos TENS; simplemente, colocando unos electrodos sobre determinados puntos de la piel.

En el siglo XVIII, con el descubrimiento de la pila voltaica, el interés por las aplicaciones curativas de la energía eléctrica experimentó un gran avance que, durante los siglos XIX y XX dio paso a tratamientos para muy diversos problemas de salud.

La energía eléctrica, en sus diversas formas, se utiliza o ha utilizado en situaciones tan variadas como el tratamiento de la obesidad mórbida, poniendo electrodos en una parte concreta del estómago, introducidos en el cuerpo.

O el tratamiento del dolor y la regeneración de tejidos en las congelaciones, ubicando los cables en la médula espinal, por citar dos ejemplos.

En este post fijaremos la atención en el uso médico-deportivo o fisioterapéutico de los llamados equipos de TENS o EMS (electroestimuladores)

¿Qué hacen esas corrientes en el cuerpo?

Nuestros músculos se contraen como respuesta a los impulsos eléctricos que les llegan. Normalmente, tales impulsos provienen del sistema nervioso central, pero los músculos también responden cuando la corriente proviene de este tipo de equipos.

Aprovechando que cuando llega la señal las fibras musculares se acortan, y que en ausencia de esa “chispa” se relajan, podemos hacer que determinados aparatos manden señales de frecuencia, amplitud o intensidad, ritmo y duración variables, sabiendo que gracias a una adecuada combinación de esos factores podemos conseguir cosas muy distintas.

Por ejemplo…

Podemos hacer que llegue más sangre a los músculos, con lo que se recuperarán antes.
…O podemos hacer que ejecuten contracciones muy potentes, consiguiendo que aumente el tamaño muscular (hipertrofia).
También se utilizan ciertos ajustes para conseguir aliviar ciertos dolores o efectos estéticos, marcando la “tableta de chocolate”, por ejemplo.

Cuando las fibras musculares reciben una señal eléctrica, proveniente del axón o terminación nerviosa, o de un electrodo ubicado en el interior del cuerpo o en la superficie, se libera calcio, que se une a la troponina, modifica la tropomiosina y se libera la unión entre la actina y la miosina, produciéndose una contracción muscular.

No insistiremos en ese proceso, que podéis ver en muchos sitios de internet.

Pero sí diremos que, para que tenga lugar esa contracción, será preciso gastar cierta energía, que nuestro organismo obtiene de las moléculas de adenosin trifosfato o ATP. ¡Tranquilidad! ¡Tampoco profundizaremos es este complejo aspecto fisiológico!

En el cuerpo hay varios tipos de fibras musculares: una primera división sería la de…

Estriadas, o fibras de contracción voluntaria (excepto en el caso del corazón)
Lisas, o de contracción involuntaria.

De entre las primeras, que son las que forman la masa muscular a la que solemos hacer referencia en el deporte, las hay…

Que se contraen a gran velocidad y potencia (fibras blancas o rápidas), llegando pronto a la fatiga,
…Y otras que lo hacen más lentamente y a menor intensidad (fibras rojas o lentas), pero que soportan ese trabajo durante más tiempo.

Pues bien: según a qué frecuencia trabaje el equipo de TENS, conseguiremos excitar más o menos a diferentes fibras y obtendremos distintos efectos.

– 2 a 4 Hercios: relajación, mejora de la circulación y disminución de molestias o dolor.

– 4 a 8 Hz.: como un masaje local, con mejora del riego y la oxigenación, relajación y alivio del dolor.

– 8 a 12 Hz.: aumento importante del riego local y eliminación de residuos de fatiga.

– 12 a 40 Hz.: estimulación de fibras lentas, como carrera continua de baja intensidad.

– 40 a 60 Hz.: estimula fibras lentas y parte de las intermedias, haciendo un trabajo de más resistencia y algo de fuerza.

– 60 a 80 Hz.: estímulo para fibras intermedias y parte de las rápidas, produciendo mejoras en la fuerza y aumento de la masa muscular.

– 80 a 120 Hz.: activación de las fibras rápidas y mejora de la fuerza rápida o potencia.

Entrenamientos o tratamientos selectivos con electroestimuladores

Los electroestimuladores nos permiten seleccionar sobre qué músculos o grupos musculares aplicaremos sus efectos de disminución del dolor, recuperación o incremento de cualidades.

Basta con escoger dónde ponemos los electrodos y podremos ir equilibrando esa pierna que había quedado más débil por una lesión, o el brazo en el que tuvimos que llevar una escayola, por ejemplo.

Al igual que con los entrenamientos más convencionales, también en el uso de electroestimuladores requiere una planificación adecuada.

Según el programa que utilicemos, las exigencias para los músculos trabajados pueden ser muy grandes. Con lo que, en programas de potenciación muscular, sería preciso dejar dos o tres días entre sesiones para no correr el riesgo de lesionarnos.

En el caso de los de recuperación, podemos utilizarlos con más asiduidad.

¿Hay contraindicaciones para utilizar electroestimuladores?

¡Sí!

Aunque su aspecto nos dé confianza y sus programas ayuden a un uso correcto, hay que utilizarlos adecuadamente para no correr riesgos.

Por ejemplo: sus impulsos eléctricos pueden interferir en el funcionamiento de aparatos vitales, como los marcapasos o desfibriladores, por lo que quienes tienen alguno implantado en su cuerpo no deben utilizar TENS.

Lo mismo ocurre si sufres epilepsia, por el riesgo de que los estímulos eléctricos que se generan puedan desencadenar una crisis.

Y tampoco se aconseja en caso de estar embarazada.

Padecer una tumoración es otra de las contraindicaciones para utilizar este tipo de corrientes. De la misma forma que si tenemos heridas cutáneas o cicatrices en la zona en que debieran ponerse los electrodos.

O si sufrimos inflamaciones agudas, como una tendinitis, por ejemplo.

Otra cosa que no debemos hacer es colocar los electrodos TENS en ciertas zonas, como cara y cuello o en la región perineal, cerca de genitales.

Forma de uso

Los equipos más habituales permiten instalar unos cuatro electrodos que, por lo general, se fijan de forma simétrica en ciertos grupos musculares. Por ejemplo: uno en la parte superior del músculo vasto externo y otra en la inferior, siguiendo las indicaciones de polaridad que suelen indicarse, y de forma simétrica en la otra pierna.

Pero también puede trabajarse primero un lado del cuerpo, situando los cuatro electrodos en dos músculos, y luego transferirlos a los mismos de la parte contraria.

Por lo general, los equipos de marcas reconocidas suelen incluir buenas descripciones.

Muchos de ellos sobre la forma de uso y sobre los programas que se pueden ajustar en sus equipos. Desde una sesión de calentamiento hasta la recuperación de la pérdida de masa muscular tras una lesión, pasando por el alivio de dolores crónicos.

O la mejora de la estética y las cualidades físicas, estos equipos son una importante herramienta de fisioterapia y entrenamiento.

En Forum Sport te recomendamos los electroestimuladores de Compex: